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El PSOE, las falacias y los sofismas

En la antigua Grecia, tras el momento más brillante de la filosofía antigua con grandes maestros como Platón y Aristóteles, vino la época de los sofistas. Estos eran unas personas que se dedicaban a recorrer el territorio heleno enseñando a manipular la verdad, a jugar con las palabras para hacer parecer blanco lo negro y viceversa. En España, y quizá en el mundo, vivimos una nueva época de sofistas. Auspiciados por el altavoz de la estulticia que proporcionan las redes sociales, estos nuevos caballeros andantes recorren el mundo creando falacias que a fuer de ser repetidas con insistencia pretenden que se conviertan en la verdad. Su ámbito es enorme, por tanto me sería imposible ahora lanzar argumentos contra ellos con toda la amplitud necesaria. Por ello me centraré solo en un pequeño apartado donde a diario veo como florecen, crecen y se convierten en enormes plantas, esos tipos de falacias y sofismas. Me refiero a los que hacen referencia al Partido Socialista y, concretando, a su proceso electoral de primarias. En este artículo voy a escoger algunas de las cosas sobre las que nos ha sido dado leer en los últimos tiempos y trataré de horadar lo que desde mi punto de vista son argumentaciones falaces que solo tienen en su base la virtud de ser repetidas continuamente. Pero no olvidemos que por el hecho de que repitamos mucho un argumento, este no se hace verdadero.

Sofistas

El PSOE ha dejado de ser un partido de izquierdas

Pero, ¡qué coño es ser de izquierdas! ¿Ser como Hamon en Francia o Corbyn en el Reino Unido? Es decir, tratar de recuperar cierto izquierdismo infantil y trasnochado que no es capaz de ofrecer a una sociedad compleja como la actual, lo que necesita. La socialdemocracia europea es mucho más que eso. Es una tendencia política que trajo al continente la época más pacífica y próspera para todas las personas desde que la humanidad existe. Y lo hizo usando el pacto, la negociación y la ley par avanzar. Es algo que trajo el sistema de impuestos progresivos, que creó legislación avanzada para los derechos civiles, que reguló las relaciones socio-laborales para proteger los intereses de los trabajadores. Pero siempre, todo ello, negociando con el resto de la sociedad y sus representantes, no imponiendo nada fuera de las reglas democráticas. Hoy parece que ser de izquierdas es simplemente hacer ruido, ser combativo, gritar alto, quejarse de las situaciones, etc. Y por ahí no suele llegarse a ningún sitio. Solo convenciendo a la población de que vote las opciones progresistas pueden las opciones progresistas establecerse en la sociedad. Quien piense que hay otros caminos está radicalmente equivocado, no se pueden imponer determinadas opciones políticas más que cuando las urnas las avalan. Las organizaciones populistas se caracterizan por arrullar a la gente con cantos de sirena, por decirles lo que quieren oír sin decirles cómo pueden lograrlo. En cambio, ser de izquierdas es ser serio, decirle la verdad a la gente, usar la ley para transformar la sociedad, buscar la justicia social. Pero sin gritos. ¿O es que revoluciones como la soviética lograron sociedades más libres, justas y felices que la europea de la segunda mitad del siglo XX?


«…ser de izquierdas es ser serio, decirle la verdad a la gente, usar la ley para transformar la sociedad, buscar la justicia social.»


La abstención en la investidura a Rajoy es una traición a la militancia

Primero el país, luego el partido y, por último, las personas. Esto es una frase que todos los militantes del PSOE deberían repetirse varias veces al levantarse por la mañana. La gestora, propiciando la abstención en el debate de investidura, pensó en el país y en el partido. En el país porque unas terceras elecciones habrían tenido consecuencias nefastas para nuestra imagen pública y para nuestra economía y, por tanto, para el bolsillo de todos. En el partido porque, como todas las encuestas indicaban, el PSOE estaba en caída libre, es decir que en unas terceras elecciones su posición frente a Podemos y Ciudadanos hubiera caído mucho más de lo que ya lo hacía. ¿Alguien puede decirme cómo se podría haber dado un NO a Rajoy y que hubieran cambiado las cosas? El PP habría subido, el PSOE habría reducido su posicionamiento frente a sus contrincantes cercanos y la derecha hubiera gobernado el país con más comodidad de lo que lo hace ahora. ¡Bonito panorama! En cambio, con la prudencia tradicional de los socialistas, la gestora hizo lo mejor para el país y lo mejor para el partido, algo que evitó la ruta a la irrelevancia política en la que el PSOE parecía esforzarse cada día en caer. Por tanto, seguir insistiendo en que el «no es no» hubiera sido la auténtica traición a la militancia.

 

Pedro Sánchez aglutina a la auténtica militancia frente al aparato

Tengo a muchos amigos y conocidos en el PSOE y, en lo que observo, hay aparato apoyando a cada uno de los tres candidatos. Igual que hay militantes apoyando a los tres. Apropiarse de ese concepto como un arma arrojadiza solo trata de poner delante de nuestros ojos la figura de los buenos militantes que tratan de guardar las esencias socialistas frente a los perversos miembros del aparato del partido. Esto es una falacia. En las anteriores primarias Pedro Sánchez «parecía» el candidato del aparato, mientras que Madina tendía a aparecer como lo contrario. ¿Se han invertido ahora los papeles o todo esto es una construcción mentirosa?

 

Felipe González se ha transformado en un corrupto vividor a sueldo del capital

En este país tenemos la perversa idea de que un presidente de gobierno una vez terminada su misión debería quedar reducido a la miseria. Mientras la población no le vea pedir limosna por las calles, o postrado por una penosa enfermedad, no va a pensar en él como alguien que no sacó ventaja de dirigir la cosa pública durante los años que lo hiciera. Esto debe estar inserto en el inconsciente colectivo desde aquello que era una de reglas del franquismo; me refiero a que determinados cargos, como el de concejal, eran «obligatorios y gratuitos». Es una vergüenza dedicarse a la política, todos los que lo hacen llegan a ella con la idea de corromperse y sacar dinero. ¡Por dios! Precisamente, los países más avanzados del mundo remuneran muy bien a sus políticos y se enorgullecen de sus éxitos. Nadie en USA, por ejemplo, podría pensar que un ex presidente del país, después de haber dirigido la nación durante cuatro u ocho años, no siga dedicado a sus negocios una vez terminado su cargo. Con reglas, por supuesto, como aquí las hay, o mejores, como debería haberlas. Cómo vamos a tener buenos políticos si queremos pagarles poco o nada y una vez terminado su periodo de gobierno solo deseamos vituperarlos y verlos reducidos a la miseria, ¡país de cainitas irredentos!

 

Susana Díaz representa al aparato

Je, je… Yo soy andaluz y vivo en Andalucía. Y puedo garantizar que lo que veo por aquí no es precisamente eso. Hay personas que apoyan a cada uno de los candidatos, pero una porción muy relevante de la gente es susanista. Y, ¡hombre! no todos los andaluces tienen un cargo en el partido. Susana tiene en su haber haber conseguido cohesionar al PSOE en su región, ganando o perdiendo primarias sus candidatos nacionales (por ejemplo Carme Chacón), integrando en sus equipos a los que habían sido sus adversarios políticos, etc. Casi nadie tiene en su haber el hecho de conseguir un 98,6% de apoyo de los delegados de su partido, como el que consiguió en el Congreso Extraordinario de Granada. En fin que si hay riesgo de que después de las primarias este PSOE salga fraccionado, el menor riesgo, desde mi punto de vista, lo representa Susana Díaz, ya que estoy bastante seguro de que logrará atraer a quienes están siendo sus adversarios en esta  contienda electoral.


«…me sentiría más feliz si argumentáramos más y menos falaz, si atacáramos menos a las personas y sembráramos más ideas propias y constructivas…»


Si no se elije a Pedro Sánchez el PSOE está condenado a perecer

El PSOE necesita un periodo de tranquilidad interna para avanzar. La presencia en las instituciones es una garantía de éxito y perdurabilidad. Experimentos rupturistas ajenos a la trayectoria histórica del partido seguirán avanzado en el camino hacia la irrelevancia. Hamon y Corbyn nos esperan al final de ese camino rodeados de sus escasos votantes.

 

El País está trabajando torticeramente para apoyar a Susana Díaz

¿Y? ¿Es que El País es un medio público, propiedad de todos los españoles y que, por tanto, se vea obligado a guardar ecuanimidad? No, no lo es. Pertenece a sus accionistas, quienes determinan su linea editorial y, obviamente, debe satisfacer el punto de vista mayoritario de sus lectores, entre los que me encuentro. Que tome partido por una determinada línea política es absolutamente normal, e incluso deseable, en un pais que garantiza la libertad de prensa. En esto actúa como cualquier otro medio en el universo mundo, nada hay de excepcional, ni criticable en ello, máxime cuando incluso a nivel de opinión aparecen articulistas que escriben en contra de esa línea oficial defendida por el periódico.

 

Bueno, ya me he cansado. Podría estar aquí analizando sentencia a sentencia toda una vida. Pero otra vez será. Ahora prefiero disfrutar de un día soleado mientras hojeo el Tratado Político de Spinoza y miro al mar desde la terraza de mi casa de Málaga. Los hibiscos se abren, las jacarandas adornan el paisaje con sus llamativas hojas lila, las buganvillas están a tope de flores, la dama de noche comienza a esparcir su dulce aroma… Que cada uno piense lo que quiera, pero me sentiría más feliz si argumentáramos más y menos falaz, si atacáramos menos a las personas y sembráramos más ideas propias y constructivas en lugar de pasarnos la vida criticando al que consideramos el oponente. También me sentiré más feliz si Susana Díaz gana las primarias del PSOE el domingo. Con todo el respeto para los seguidores de Pedro Sánchez y Patxi López.

 

 

 

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