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En defensa del bipartidismo

Las cosas se ponen de moda por diversos motivos y una vez que esto ha sucedido, una vez que una opinión comienza a prevalecer, se torna difícil luchar con ella. Parece que queda feo ir contra la corriente, opinar diferente frente  a esas ideas que, a veces no se sabe muy bien por qué, van calando en la sociedad. En general, nos falta análisis crítico, nos dejamos llevar por ideas preconcebidas sin más. En este caso, sin querer parecer presuntuoso, voy a intentar desmontar parte de una de esas ideas-instrumento que hoy parecen estar calando de modo profundo en nuestra sociedad: la crítica al bipartidismo.

Hoy se nos dice por todos sitios que la ley electoral española fomenta esa tendencia a concentrar los resultados electorales en las fuerzas más votadas, dejando en franca minusvalía a aquellas otras formaciones que no han recibido tanto apoyo, pero cuya representación parlamentaria sería mayor con unas reglas electorales diferentes. Y esto, en parte es cierto. No lo es del todo porque la culpable no es la ley D’hont, sino más bien la configuración de la circunscripción electoral, pero bueno, no es cuestión ahora de profundizar ahí en demasía, ya que no es ese el territorio que quiero transitar con mi análisis.

De lo que quiero hablar es de las ventajas que representa para los sociedades que quienes las formamos seamos capaces de sacrificar parte de nuestros deseos en aras de fomentar la convivencia. En este momento y, desde luego, por causas bastante justificadas, parece que las fuerzas políticas se disgregan y no paran de surgir tanto por la derecha como por la izquierda grupos que son capaces de convencer al electorado de que el programa de máximos de su ideario es posible. Así tenemos el ejemplo de Vox por la derecha y Podemos por la izquierda que son representantes arquetípicos de esta situación. En una sociedad que está perdiendo parte de sus asideros tradicionales, estos mensajes calan. Y lo hemos visto claramente en las últimas elecciones al Parlamento Europeo. Personalmente creo que este es un mal camino. Creo que gente como la de Vox o Podemos tiene cabida en los partidos que tradicionalmente representan a la derecha y a la izquierda en nuestro país. Ellos justifican su diferenciación en la dificultad que las maquinarias de poder de dichos partidos, centradas en el uso y conservación del poder, presentan para dar cabida a ideas alternativas. No pongo esto en duda, seguro que es así. Lo que pongo en duda es que sea mejor para la sociedad que los idearios en la zona extrema de la derecha o de la izquierda, circulen fuera de los partidos mayoritarios. Tenemos una buena prueba de ello en España con la inserción de la derecha más extrema dentro de las estructuras del PP. Esto, que tantas veces ha sido criticado desde la izquierda, creo que ha supuesto muchas ventajas para la sociedad española. Fuera del PP esa derecha hubiera seguido una tendencia centrífuga y fortalecedora mientras que dentro sigue una tendencia centrípeta y diluyente. Véase, sino, el ejemplo de Francia y éxito de Marine Le Pen con su Frente Nacional en las últimas elecciones.

Lo queramos o no, en esta sociedad tenemos que convivir todos. Es muy común que desde una fuerza política se trata de destruir los principios bajo los que actúan las otras. Solo lo que yo pienso es correcto y a los demás hay que destruirlos. Mal principio este. No creceremos como colectivo mientras no entendamos que no nos queda mas remedio que soportarnos, permitir que los demás lleven a cabo sus programas aunque no nos gusten. Luchar siempre por los nuestros, pero no indignarnos demasiado porque los otros intenten llevar a cabo los suyos. Este es el juego que tenemos que jugar en las sociedades democráticas. Y a ese juego se juega mucho mejor cuando las ideas-tipo de la derecha y de la izquierda se concentran en organizaciones grandes y moderadas donde se sacrifican los programas de máximos de cada una de ellas con tal de permitir que la otra no sufra en demasía.

Yo me considero persona progresista, con una tendencia razonable hacia la izquierda moderada. Y considero que en nuestro país, estas ideas mías han estado perfectamente representadas hasta ahora por el PSOE. Con dicho partido esta sociedad ha conseguido los más altos grados de derechos civiles nunca logrados en España, hemos aprobado legislación puntera en el mundo en materia de igualdad, de acceso a las oportunidades por la mayor parte de la población, de justicia social… Evidentemente no hemos logrado nuestros últimos ideales en materias como el laicismo, el reparto de la riqueza, etc. Pero haber conseguido esto para media España hubiera traído como consecuencia anular a la otra media. Por tanto, para mí el resultado es justo y razonable, aunque siempre mejorable a través de la justa lucha democrática. Primero, poder vivir todos juntos, luego luchar cada uno por sus ideas e intereses, nunca supeditar lo primero a lo segundo.

Las sociedades mas avanzadas del mundo, tanto en materia derechos y libertades como en lo económico y de oportunidades sociales, son aquellas donde el bipartidismo se encuentra sólidamente asentado. Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania… En ellas, la mayor parte de la población ha preferido estos principios de los que hablo a los de perseguir programas de máximos que históricamente no han traído ni una sola ventaja a las sociedades donde han intentado ponerse en práctica. Concentrarse en torno a lo básico de tu ideario, progresismo frente a conservadurismo, igualdad frente a acumulación de riqueza… Pero todo ello sin anular al otro. El otro tiene que seguir conservando oportunidades democráticas porque si lo anulamos, solo surgirán las no democráticas, el intento de acceso a lo que se le niega por la fuerza en lugar de por la convicción.

Un claro ejemplo de esto lo tenemos en nuestra historia reciente entre los métodos de la Segunda República y los de la Transición. En la primera, políticos en extremo idealistas en ambos bandos llevaron a nuestra sociedad a una hecatombe de muerte y destrucción. En la segunda, un conjunto de políticos, no menos inteligentes y válidos, pero sí mucho más pragmáticos, lograron lo que a aquellos otros les fue imposible. Y lo hicieron entendiendo que no podemos conseguirlo todo, que no podemos robarle las oportunidades al adversario, que hay que vivir y dejar vivir.

4 comentarios en «En defensa del bipartidismo»

  1. Estimado Antonio:
    Bien sabes que coincidimos en bastantes cosas y que son más los puntos de convergencia que tenemos que opiniones divergentes, pero en este caso, creo que no son tan cercanas nuestras posturas.

    Lamentablemente por mi profesión, tengo que ver día a día, a personas desesperadas sufriendo las consecuencias de la crisis. Ciudadanos que lo han perdido todo, y en el caso de los emigrantes con los que trabajo prácticamente a diario, sobre todo en una ONG con la que colaboro, el drama es mayor, porque ha desestructurado familias, y dejado en vulnerabilidad a miles y miles de personas. Y todo esto, cuando nos desayunamos todos los días con nuevos casos de corrupción de los políticos.

    Lord Acton, dijo en 1887 que el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente.

    El bipartidismo en sí mismo, no tiene por qué ser malo, y ha cumplido el propósito con el que se diseñó la Ley electoral y la Ley de D’hont en su momento, se huyó del sistema inestable y proporcional italiano, para premiar mayorías, impedir que los numerosos partidos de extrema izquierda accedieran al poder. Lo que ocurre es que esos partidos "minúsculos" llenaban plazas de toros, pero bueno ese es otro cantar.

    El bipartidismo en la práctica ha supuesto la institucionalización de la política y la acaparación por dos partidos de la vida pública, y eso se acerca bastante al poder absoluto. Para que vamos a hablar de los nacionalistas que sin ningún principio moral, se alían con la derecha o con la izquierda, según les convenga para mantenerse en el poder. Hay partidos nacionalistas que llevan más años gobernando que los que gobernó Franco, y sin tener la mayoría absoluta en ningún momento. Como es el caso de Canarias.

    Esto relaja, los propósitos y por mucho que se tengan unos ideales honrados, finalmente se sucumbe, esa es la lección que nos han dado los casi 40 años que llevamos de democracia.

    Tiene que haber recambio en los partidos tradicionales, no podemos seguir de la misma manera, porque entonces es cuando harán lo que realmente quieran gobernando a espaldas del pueblo.

    En donde hay un bipartidismo más puro, es en EE.UU. pero el porcentaje de población que vota, es bajísimo, creo que anda entre el 20 y el 30 por ciento. Por otra parte, ya se ha calculado lo que vale comprar un presidente: 300 millones de dólares, con ese apoyo a su campaña, consigues que salga y que luego te "devuelva" lo que has invertido. Cada vez hay más voces que se oponen a este sistema en el que la dictadura es del capital. En Inglaterra, hay un partido liberal potente y en Alemania, además de la derecha y el SPD están Los Verdes que han gobernado con el SPD en coalición.

    Creo que al PSOE le vendría muy bien una refundación, y que tuviera que pactar con otras fuerzas de izquierda, o de nueva izquierda un gobierno distinto, eso sería muy saludable para la vida política de este país, y sobre todo para las fuerzas progresistas, porque seguro que si se vuelve a ilusionar a toda la gente que ha quedado en casa, la izquierda gana las elecciones.

    Yo no he votado a podemos, un partido que se forma cuatro meses antes de las elecciones, no me inspira confianza, pero eso no quiere decir que lo pueda hacer bien a partir de ahora, hay que dejar correr el tiempo. Pero como tú dices "Vive y deja vivir" dejémosle que se manifieste, a ver por donde van. Porque vaya tarea de acoso y derribo que están sufriendo.

  2. Disculpa que haga dos comentarios. El sistema no me permite hacerlo en uno.

    En lo que si estoy totalmente de acuerdo contigo es en el tema del surgimiento de la extrema derecha, pero esa es una de las inevitables consecuencias de atacar a la clase media. En cuanto pones en peligro, la televisión, el sofá y unas vacaciones al año, se les mueve el piso y empiezan a buscar un salvapatrias que venga a poner orden. Ya ocurrió en la República de Weymar después de la primera guerra mundial en Alemania, también ocurrió en Italia y lamentablemente en España, también sucedió lo mismo en las democracias latinoamericanas en los setenta que auparon a los militares al poder y fíjate en sus consecuencias. Y por desgracia, está ocurriendo lo mismo en Europa, es deplorable el crecimiento de las posturas políticas xenófobas, racistas y nacionalistas en contra de la Unión Europea. Esto último es un suicidio económico y político, pero ahí vamos.

    Así que por la parte de la derecha, estoy de acuerdo contigo, por la parte de la izquierda, no comparto lo que dices, pero lo respeto.

  3. Gracias, Isidro, por la aportación de tu punto de vista que no solo es respetado sino más que bienvenido. Que no pensemos lo mismo en este ámbito no quiere decir que no nos tengamos el máximo respeto intelectual y personal.

    Sentado lo anterior, me gustaría registrar algunos matices sobre lo que indicas. Yo creo profundamente que crisis económica y corrupción son dos polos que estamos asociando pero que no tiene por qué ir unidos. La crisis que estamos viviendo con el sufrimiento tremendo de tanta gente, hunde sus orígenes en varias causas, pero una de las fundamentales es la del absoluto predominio del poder financiero sobre el político. La corrupción, como una manifestación más de la maldad humana se reparte por igual entre cualquier agrupación de personas, y los partidos políticos, como elementos que reparten oportunidades están muy cercanos a dicha manifestación. Pero yo creo que esto no tiene tanto que ver con que se sea derechas o de izquierdas sino más bien con la cercanía al ejercicio del poder. Creo que tú conoces mejor que nadie como una de nuestros partidos minoritarios, Izquierda Unida, ha ejercido su ámbito de poder para cercenar el ascenso de otro más pequeño, Equo, allá donde ha podido.Y no es uno de los grandes partidos del tan difamado binomio actual PPSOE.

    La otra cuestión en la que insisto es en que creo que es mejor trabajar desde dentro del partido que se adecua más a tu visión de las cosas que disgregar desde fuera. Por ello, un ala ecologista dentro PSOE o Republicana o lo que sea me parecen más positivas que tratar de crearlas fuera. El ejemplo de Rosa Díaz, con UPyD es arquetípico. Pierde una primarias y en lugar de conformarse y trabajar por sus ideas dentro, se va fuera, crea otro partido y disgrega a un cierto electorado centro-progresista. El mejor ejemplo de esto lo tenemos en aquellos dos jóvenes, González y Guerra, que en Suresness en 1974 dieron un vuelvo absoluto a un caduco partido alejado totalmente de la realidad y de las necesidades de los españoles. Todo ello desde dentro.

    No estoy mu de acuerdo con lo que indicas de la sociedad americana. En las elecciones de 2008, donde triunfó Obama, votó un 61,6% del electorado y en las de 2012, con un cierto descontento ya respecto a su mandato, votó un 58,2% de los electores. Por tanto, no son cifras tan absolutamente dispares de las europeas.

    En fin, esto da para mucho y seguro que podemos vernos un día de estos y matizar mucho más nuestros puntos de vista.

    Un abrazo

  4. Gracias por tu respuesta Antonio, como siempre enriquecedora y lo que es más importante, aportando matices muy interesantes sobre lo que habías dicho y que arrojan luz sobre la situación actual de la política en España.

    Tienes razón respecto a los porcentajes de EE.UU. tenía la información equivocada, anterior a las elecciones de Obama que eran inferiores al 50%.

    Por cierto, que vaya chasco de Premio Nobel, pero ese es otro debate. Nos veremos un día, siempre es un placer dialogar contigo.

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