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Afiliados, votantes, primarias. La encrucijada del PSOE

Este fin de semana. en su Comité Federal, el PSOE se juega su destino. Alejado de la sociedad, inmerso en una sangría de pérdida de votos por la derecha, por el centro y por la izquierda, parece que hasta ahora ninguno de sus líderes ha interpretado de manera adecuada lo que está sucediendo y los caminos para salir de su crisis interna. En este maremágnum, el enaltecimiento de las primarias, el proceso de acudir a la consulta a la militancia, para tomar una determinación u otra, se está empleando como la vía más democrática y válida dentro de la organización. Particularmente, no creo que este sea el camino adecuado.

Primarias

Para profundizar en mi afirmación anterior, creo que debemos comenzar analizando la diferencia entre los militantes y los votantes de un partido. Cuando una organización política resulta una clara opción de gobierno, es que está siendo atractiva para un porcentaje amplio de la población. Digamos que ha desbordado el círculo de su militancia para abrirse al mucho más amplio de sus votantes. En España, las organizaciones políticas apenas si tienen unos pocos centenares de miles de militantes, en el caso del PSOE, algunos menos de los doscientos mil. Pero en general el partido ha recogido votos de hasta alrededor de diez millones de electores. Es decir que sus políticas han de ejercerse sobre un número de personas que puede ser cincuenta veces superior al de sus más fieles seguidores.


«En España, las organizaciones políticas apenas si tienen unos pocos centenares de miles de militantes, en el caso del PSOE, algunos menos de los doscientos mil.»


Habremos de tener en cuenta también el hecho de que la sociedad española, como todas las occidentales, es una sociedad altamente plural, abierta, multicultural, multiracial… Y, por tanto, con ideas relativamente dispares acerca de cómo deben llevarse los asuntos de gobierno. Cuando un partido político gana unas elecciones ha de entender que debe gobernar para todo el país. Lo que eso implica es que, usando sus vectores ideológicos fundamentales, debe moderar sus puntos de vista para no agredir demasiado a los votantes del espectro político situado en el ala opuesta. Los cuales, presumiblemente, también habrán obtenido un importante porcentaje de votos.

En un contexto de estas características, las primarias cerradas, tal como las han entendido la mayor parte de los partidos políticos en España, no creo que supongan la solución ideal al problema de la representatividad. Bien que con primarias cerradas se elija al Secretario General, pero ¿al canditado a la presidencia? Con este tipo de primarias estamos dejando en manos de una persona la voluntad de cada cincuenta electores. No creo que este sea un sistema demasiado democrático. Particularmente soy votante del PSOE, pero nunca he estado afiliado al partido. Y, como votante, he estado en contra de muchas de sus decisiones, lo mismo que a favor de bastantes otras. Si, por ejemplo, nos vamos a la historia, mi punto de vista es absolutamente dispar al izquierdismo radical de Largo Caballero y, en cambio, me identifico totalmente con el moderado y pactista Indalecio Prieto. Yendo a los tiempos más actuales, mis inclinaciones se vuelcan más hacia Felipe González que hacia Zapatero. De Pedro Sánchez, solo puedo decir que en ocasiones he concordado con sus puntos de vista, pero que sus últimas decisiones al frente del partido están radicalmente enfrentadas con mis convicciones.


«…no pensamos que teniendo el partido la posibilidad de gobernarme mañana, la opción de primarias cerradas sea razonable.»


Y, como yo, hay otros muchos votantes que no nos sentimos representados por el sentir de cierto sector de la militancia del PSOE. Y, por tanto, no pensamos que teniendo el partido la posibilidad de gobernarme mañana, la opción de primarias cerradas sea razonable. De modo que, solo un entorno de primarias abiertas o de mezcla de estas con votos de delegados, al estilo de como se hace en USA, puede resultarme convincente. Si esto no se da, prefiero la elección por parte del congreso de delegados a la elección por la militancia.

Que haya militancia en un partido es bueno, que la militancia sostenga las ideas de máximos de los programas de ese partido, también lo es. Solo así podemos avanzar hacia el cambio social, con esa tensión que se produce entre lo ideal y lo real, lo que debería ser y lo que puede realmente ser. Pero la tensión hacia la utopía del programa de máximos debe funcionar como un horizonte teórico que perseguir, pero no como algo que hipoteque nuestras posibilidades de avanzar a pequeños pasos, logrando inalterables mejoras en lo que perseguimos, pero sin pretender directamente un horizonte que no es deseado por la mitad de nuestros compatriotas.

Quería aportar hoy mi punto de vista a este respecto, debido a la enorme polémica abierta respecto a la situación del PSOE en los últimos días. Los votantes del partido no podemos dejar que quede solo en el tablero la opinión de una militancia obsesionada con la pérdida de cuota ante Podemos. Hechos como el de la recolección de votos llevada a cabo por el alcalde de Jun se venden como un ejercicio de democracia frente a esa especie de golpe de estado que se achaca a los llamados barones. Y creo que esa visión no es del todo correcta.

5 comentarios en «Afiliados, votantes, primarias. La encrucijada del PSOE»

  1. Cuando un edificio se tambalea, hay que buscar la raíz del problema, recabar en fallos de estructura y cimentación. Eso hay que hacer con el PSOE. Cuando hay tantas viscisitudes y desencuentros, como en cualquier cuestión de la vida, me gusta acogerme a los preceptos y principios básicos. En este caso, busco el concepto de partido político.
    » Un partido político es una entidad de interés público con el fin de promover la participación de los ciudadanos en la vida democrática y contribuir a la integración de la representación nacional; los individuos que la conforman comparten intereses, visiones de la realidad, principios, valores, proyectos y objetivos comunes, parte de una forma u otra para alcanzar el control del gobierno o parte de él, así llevar a la práctica esos claros objetivos.»
    Hay que fijarse bien, se habla de participación ciudadana, representación y de compartir intereses, visiones de la realidad y valores, proyectos y objetivos comunes. Lo que ha ocurrido con el PSOE, rompe esos principios básicos, ya que ha habido una división interna que dinamita la representatividad, pues una gestora no creo que pueda erigirse como representante de nada. Ya no se persiguen objetivos comunes pues, aunque para evitar mayores brechas haya cierta distensión y falsa complacencia, internamente, están enraizados ya el malestar en ambos bandos que se han creado. Y la participación ciudadana que valide la actuación de Díaz o Sánchez, solo podrá justificarse ya en unas próximas elecciones a las que ya temen todos como historia de terror nocturna infantil.
    En definitiva, la semilla está plantada. La lluvia, un buen abono y cuidados pueden hacerla crecer. El problema es que carecen de tiempo, agarrará mal la plantita cuando quede claro que es imposible acordar nada con políticos del PP encausados por la corrupción y 6 meses más tarde, una marchita rosa apenas desarrollada, intentará recuperarse de un soberano chaparrón de votos en contra.

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      Quién sabe. Después de la guerra civil y el enfrentamiento, primero entre caballeristas y prietistas, después entre prietistas y negrinistas, etc., el partido pasó por momentos de franco declive. De hecho, durante la postguerra el PCE le tenía ganada totalmente la batalla de la representación de la izquierda. Y, sin embargo, a partir de Suresnes, renació como el ave fenix de sus cenizas a través de unos pocos jóvenes sevillanos que se cargaron una dirección de dinosaurios totalmente desconocedora de las necesidades de la sociedad española de aquel momento. Espero y deseo, por el bien de nuestra sociedad, que la historia se repita.

  2. Así deberías ser pero el tiempo se acaba. Piensa, Antonio, que una simple posibilidad de giro a la izquierda ha hecho irse de vacaciones a un secretario general. Espero que se vea el error una vez eche a andar el fallido gobierno, se reciclen miedos, se renueven ideas y se prduzca la catarsis que necesita el PSOE, aunque me temo que el tupido velo del poder oscurece muchas mentes socialistas, gracias a dios, no todas.

  3. Se ve coherente una abstención para el bien del país según se analize, pero te aseguro que cuando por tus propios ojos veas a un partido socialista, con su abstención, poner una sonrisa y unas condescendientes palabras de agradecimiento en el señor Mariano Rajoy, con la mochila que carga cayendo al suelo en ese momento, no será plato de buen gusto para ningún votante o ex votante socialista.

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      La abstención es un paso, pero ahora tienen que saber administrarlo. Han de reorganizar más su mensaje para que cale en el electorado que se les ha ido, han de encontrar un líder que sepa sustentarlo adecuadamente y atraer a los votantes y, desde luego, han de hacer la oposición al gobierno de Rajoy que este se merece. También han de lograr que la abstención no le salga gratis al PP y que puedan demostrar a su gente que haber dado ese pasa ha traído alguna ventaja para el futuro del país. Por último, han de esforzarse en demostrar la falta de viabilidad del populismo de Podemos, solo diferenciándose de ellos lograrán de nuevo encontrar sus camino entre los votantes de centro-izquierda que son los únicos que pueden hacerle ganar otra vez las elecciones.

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