
23. No tener algún desdoro
El sino de la perfección. Pocos viven sin achaque así en lo moral como en lo natural, y se apasionan por ellos pudiendo curar con facilidad. Lastímase la ajena cordura de que tal vez a una sublime universalidad de prendas se le atreva un mínimo defecto y basta una nube a eclipsar todo un Sol. […]