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Podemos e Inditex

Me estaba proponiendo en estos días de refriega política no escribir nada relativamente largo para mostrar mis puntos de vista sobre los distintos procesos electorales que en esta primavera de 2019 vivimos en España. Obviamente, como buen bocazas que es uno, no podía dejar de dar alguna opinión breve en las redes sociales, pero no había escrito nada en mi blog al respecto. Sin embargo, al leer las declaraciones de Pablo Iglesias y otros líderes de Podemos acerca de Inditex y abrir en FaceBook un debate entre amigos me he animado a escribir algo más largo al respecto, ya que debo dejar constancia de mi punto de vista y para ello necesito algo de extensión. Podemos e Inditex son dos sustantivos más que interesantes como para poder polemizar sobre ellos.

El asunto parte de tres elementos fundamentales, un artículo de 2017 publicado en El Salto por Yago Álvarez Barba y que hace fundamentalmente referencia a las conclusiones presentadas al Parlamento Europeo por el grupo de los verdes y que puede verse aquí: https://www.greens-efa.eu/en/article/tax-shopping/. Ambas reseñas son las empleadas por Pablo Iglesias y por otros dirigentes de Podemos para denostar las donaciones que Amancio Ortega ha realizado en los últimos años para su empleo en la sanidad española.

Lo primero que me gustaría indicar de modo genérico es mi divergencia con las argumentaciones realizadas. Estoy de acuerdo en que la sanidad pública debe financiarse con recursos públicos y, por supuesto, que el control y la organización de dichos recursos esté solo en manos del Estado, pero no puedo estarlo en que se pida no aceptar dichas donaciones por la presumible injerencia en la gestión de la cosa pública que se le presupone. Para apoyar este punto de vista los líderes de Podemos tiran de las argumentaciones vertidas en el informe de los verdes y que pueden resumirse en que el grupo Inditex elude el pago de impuestos en nuestro país a través de un entramado de sociedades instrumentales en terceros países donde el régimen impositivo es más laxo que en el nuestro. Me centraré a continuación en tratar de rebatir los fundamentos de dichas argumentaciones aún reconociendo que lo expuesto es totalmente cierto, es decir que realmente dichas sociedades existen. Pasemos al asunto.

Por supuesto que los datos aportados no pueden rebatirse en sí mismos, lo que sí puede hacerse es dudar de que en ellos podamos basar un absoluto rechazo a las prácticas fiscales del grupo Inditex, una de las empresas que más dinero aporta al fisco español y, por tanto, de las que más nos beneficiamos la mayoría de los españoles.

Voy con algunas precisiones:

  1. La facturación entre distintas empresas de un grupo empresarial es una práctica común entre las multinacionales. La práctica se encuentra auditada y validada tanto por las compañías auditoras que lo hacen como por el fisco español y de los otros estados donde Inditex posee empresas. Evidentemente podríamos pensar que esta práctica tiene notorios ahorros para la compañía, pero también podríamos pensar que se sustenta en una relación comercial ordinaria. Ambas presunciones deberían ser demostradas y no me parece que esto se haga más que partiendo de prejuicios previos. Pero, sentado lo anterior, habría también que indicar:
    1. Que esto es una práctica común de cualquier multinacional, de forma que quienes no la siguen se ven expuestos a no poder competir en un mercado global.
    2. Que a pesar de lo expuesto en a., Inditex es uno de los grupos empresariales multinacionales que menos la practica. Como el propio autor del articulo de El Salto indica, la práctica supone que se deja de pagar un porcentaje mínimo del total que debería pagarse al fisco español, para pagarlo a otros fiscos europeos. Compárese la cifra anual media de impuestos, tributos y cargas sociales que el grupo paga en España (alrededor de 1.000 millones / año) con el hipotético ahorro que se logra cada año según el informe (alrededor de 50 millones / año).
  2. Convendría mencionar que dicho ahorro fiscal (lícito por otra parte), se ve en parte compensado con las donaciones que el grupo realiza anualmente para temas sanitarios y cuyas cifras son bien conocidas, ya que se airean continuamente como la “limosna” que se nos da por parte del amigo Amancio Ortega.
  3. Tengo buenos y grandes amigos en la zona española donde principalmente opera Inditex, alguno de ellos de notorias ideas progresistas y de izquierda, y se ponen de los nervios, cada vez que se ataca de este modo a Inditex. ¿Por qué? No porque sean estómagos agradecidos sino porque conocen bien la situación y saben, por ejemplo, que toda la logística de Zara está centralizada en España, es decir, que para que una tienda de Zara en cualquier lugar del mundo reciba una prenda, esta ha tenido que pasar por España y ser gestionada en su logística desde aquí. Saben, igualmente, que toda la inteligencia IT del grupo se ubica en nuestro en país. Es decir, lo que supone el auténtico valor añadido del grupo es notoriamente español a pesar de que este podría ser desplazado a otros países con una menor presión fiscal. No tengo datos de la totalidad del grupo, pero por los que he visto de Zara, hay alrededor de 12.000 empleados en España sobre una cifra total de alrededor de 174.386 en el mundo. Teniendo en cuenta que la multinacional opera en 96 mercados, no parece que el porcentaje sea nada inadecuado. Saben, también, que las remuneraciones salariales recibidas son razonablemente adecuadas. Un directivo cobra de media en Inditex 47.804 €, un mando intermedio 27.963 € y un puesto operativo 18.480 €. ¿Cuántas empresas se pueden vanagloriar de este abanico salarial? Por supuesto que las personas que confeccionan ropa en Bangladesh o Marruecos tienen salarios más bajos, pero ¿puede hacerse esto hoy en una economía global de modo distinto? ¿Si Inditex produjera toda su ropa en España pagando a la media de salarios españoles podría competir con H&M o Mango? Sin duda que no.
  4. En general, tanto el articulo de El Salto como las conclusiones presentadas por los verdes ante la Comisión Europea magnifican unas cifras mínimas frente a la actividad global de Inditex. Como tenemos la mala práctica de leer titulares sin analizar, lo que queda finalmente es la maldad del grupo. Por favor, analicemos antes de forjarnos una opinión sin la información o el análisis suficiente para hacerlo.
  5. Tengamos también en cuenta que Inditex es una empresa cotizada sujeta a los avatares de los mercados. Y debiéramos comprobar que en los últimos dos años su acción ha bajado de cotizar a 34 € ha hacerlo a 25 € en la actualidad. Ello a pesar de que los datos fundamentales de la compañía son brutalmente buenos, que no está endeudada, que todos los años crece por encima de las previsiones del mercado, que su EBITDA asusta a los que estamos acostumbrados a movernos entre los números empresariales. Ello a pesar de que las empresas de rating vienen diciendo que su precio objetivo rozaría los 40 €. La acción se ha visto atacada fuertemente en los últimos tiempos por los bajistas y por fondos y manos fuertes del mercado de los que desconocemos sus intereses. Pero, no debemos olvidar que aquella frase de que el capital no tiene nacionalidad no es del todo cierta. Si lo fuera deberían extrañarnos situaciones como la de la vinculación de Huawei con el estado Chino o la de, por el contrario, la guerra que la administración Trump realiza contra las tecnológicas chinas, guerra de la que hoy podemos ver un incidente más que notorio: https://elpais.com/economia/2019/05/19/actualidad/1558294622_546268.html. Frente a esto, una parte de nuestros políticos no solo no defienden a las compañías que crean trabajo, pagan impuestos en España y generan lo que realmente nuestra economía necesita, productividad y valor añadido, sino que en ocasiones como esta las atacan.

Como colofón os sugeriría la lectura de este esclarecedor artículo de Javier García Echegaray, ¿Paga Inditex todos los impuestos que debería en España?. El él se analizan con precisión los distintos aspectos tratados en el informe del grupo de Los Verdes y, por tanto, del argumentario empleado por los dirigentes de Podemos.

 

Y no se piense con esto que mi defensa de Inditex es omnímoda ni que obedece al tradicional modo de la derecha de defender los intereses empresariales frente a los de los trabajadores. Ya se me conoce, soy progresista, de ideario socialdemócrata y fuerte defensor de la intervención del Estado tanto en la regulación de la actividad económica como en la propia actividad operativa del mismo (herejía esta última en el mundo neoliberal actual). Lo que sucede es que no practico el utopismo ilusorio y sé que en el mundo global en que vivimos la actividad económica, y las empresas fuertes en que estas se sustenta, deben ser apoyada por los estados, controlándola eso sí. Mi ideario en este aspecto se centra en el que se practicaba en la mejor época de la socialdemocracia sueca, aquella de la época de Olof Palme, en la que se potenciaba el crecimiento del tejido empresarial sueco, pero a la vez se regulaba que la reinversión de los beneficios hubiera de ser en un alto porcentaje frente al reparto de dividendos para los accionistas. Que las empresas ganen dinero es bueno para todos, que paguen los impuestos justos y legales también, pero que crezcan para generar más empleo es extremadamente bueno.

Sí que debo, como no puede ser menos, reseñar que soy un profundo admirador de una compañía española que hoy es puntera en el mundo, lidera su sector y, además, lo hace con unos niveles de excelencia absolutamente óptimos. Para ver más datos acerca de estos último pueden verse otros artículos en mi blog:

Tres niveles de excelencia

Emprendiendo (VIII. El emprendedor y las operaciones)

 

 

 

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