Saltar al contenido

Una vida laboral poco predecible

Hace años, quizá durante el pasado siglo XX, la vida laboral de las personas tenía unas características bastante monolíticas. Lo normal es que estuviéramos practicando una misma profesión durante la totalidad de nuestra existencia. Si habíamos nacido labradores, en el campo seguíamos hasta el final de nuestros días; si entrábamos a trabajar en un banco o en una empresa de automoción, o vendiendo tornillos en una ferretería, lo normal es que, quizá ascendiendo posiciones, permaneciéramos en la misma compañía a lo largo de toda nuestra vida. Todo estaba presidido por una situación de estabilidad con pocos cambios. La vida laboral era poco apasionante, pero bastante estable. Hoy, sin embargo, el curso de nuestra vida profesional es bastante poco predecible.

Vida laboral

 


«Pocas personas pasan toda su vida trabajando en una misma compañía, aunque sea ascendiendo posiciones en la misma. Lo más habitual es que vayamos cambiando de trabajo cada determinados periodos de tiempo.»


 

Lo normal es que en la actualidad el cambio lo presida todo. El ámbito profesional no es una excepción a esta regla. Pocas personas pasan toda su vida trabajando en una misma compañía, aunque sea ascendiendo posiciones en la misma. Lo más habitual es que vayamos cambiando de trabajo cada determinados periodos de tiempo. ¿Es esto malo en sí mismo? ¿Es bueno? No quiero aplicar adjetivos morales a la situación. Es lo que es, una regla del juego con la que no nos queda más remedio que jugar. Hoy nos pasamos la vida aprendiendo y poniendo en práctica nuevas competencias. Las personas tratamos de evolucionar para crecer profesionalmente; las empresas trabajan para retener el talento, pero también para cambiarlo cuando se requiere nueva energía o direcciones operativas diferentes. En general, todo es más difícil y solo aquellos que se saben adaptar bien a esta situación logran escalar posiciones en el mundo profesional. Estamos ante un proceso evolutivo más en el que muchas personas, que carecen de la habilidad de gestionar su vida profesional en un esquema como este, se quedan totalmente estancados.


«…en muchos casos se realiza un esfuerzo importante por retener el talento, pero por otro lado, también se busca el cambio con el efecto energético que este tiene para los procesos.»


 

Hoy es bastante habitual que cambiemos de empresa cada cuatro o cinco años. Lo normal es que las competencias que hemos adquirido en determinada posición se valoren más por empresas externas que por la tuya propia, de forma que si buscamos mejorar, hayamos de salir fuera. Las compañías, asimismo, mantienen una actitud ambivalente ante esta situación. Ciertamente en muchos casos se realiza un esfuerzo importante por retener el talento, pero por otro lado, también se busca el cambio con el efecto energético que este tiene para los procesos. Tendemos a pensar que alguien que conoce perfectamente una actividad la va a desarrollar siempre mejor que alguien que llega de nuevas a la misma. Y esto tiene su base cierta, pero no deja de ser menos evidente que el cambio trae nuevas formas, nuevas energías que hacen que determinados procesos se dinamicen y mejoren.

En cualquier caso, más allá de la mecánica descrita, lo que creo que debemos resaltar es que en el mundo actual no nos queda otra que estar continuamente formándonos y, preparándonos para los cambios que, sin lugar a dudas, tendremos que abordar. Cambios que probablemente no solo impliquen cambiar de puesto de trabajo, sino también de empresa e incluso de país.

 

1 comentario en «Una vida laboral poco predecible»

  1. Pingback: Ecosistemas en el mundo laboral (VI. Mejora profesional) - Arte de Prudencia

Deja un comentario

Descubre más desde Arte de Prudencia

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo