Los dos ejes del lucimiento de prendas: el uno sin el otro, felicidad a medias. No basta lo entendido, deséase lo genial. Infelicidad de necio: errar la vocación en el estado, empleo, región, familiaridad.
Este es un aforismo sumamente vigente en nuestra época. Gracián no muestra en sus escritos la tradicional valoración por la sabiduría. Para él. el artificio, debe discurrir de forma paralela a aquella. De poco sirve alguien sumamente versado en multitud de temas si luego esa sabiduría no puede aplicarse a la creatividad ingeniosa, a lo que hace avanzar a la humanidad. Por supuesto que ambos elementos son necesarios para llegar al arquetipo de persona que debemos ser, pero no resulta práctico centrarnos solo en una de ellas. Ser hombre de su época y no solo estudioso de las pasadas, tener la adecuada visión de las cosas como para saber llevar exitosamente su vida, lo que no implica solo el éxito mundano. Es precisamente esa mezcla de genio e ingenio la que debe llevarnos a tomas las decisiones correctas en la elección de nuestro camino, el necio yerra, la persona prudente elige su camino de forma adecuada.